Desde que era pequeño me enseñaron a
disfrutar de lo bonita que es la vida, y realmente lo es y también me
adoctrinaron y enseñaron lo duro que puede ser este camino, tan largo y en
ocasiones tan oscuro.
Desde pequeño hasta que maduré, mi vida
era una película de ciencia ficción, una increíble aventura sin precedentes,
era muy divertida y todo lo que me rodeaba estaba lleno de color y lleno de
esperanza, sin embargo, pasados los años me fui dando cuenta de que todo se iba
decolorando, que no era verdad, que vivía en un dulce sueño y donde existía y
lo que veía no era lo que realmente era.
Y todo eso cambio hace no mucho, cuando
yo tenía mis catorce años, poco a poco me fui dando cuenta de lo lúgubre y
sombrío que era todo lo que me rodeaba, estaba solo, lleno de miedo, voces que
atormentaban, lleno de odio por dentro y dejé de ver el bello cielo azul por
una tonalidad triste de un gris, vi a lo que todos se referían.
“El mundo se va a pique” o “el mundo se
va a acabar tarde o temprano”, ese tipo de frases destruyeron lo poco que
quedaba de ese joven chico que solo quería jugar y divertirse, y todo este tipo
de opiniones venidas por los noticiarios, los periódicos e incluso las charlas
entre compañeros, todo lleno de negatividad y de malas caras.
Eso me llenaba el pecho de dudas como,
por ejemplo: ¿Podré cambiar algo? ¿Seré capaz de hacer algo para ver a la gente
feliz? La respuesta la supe en el mismo momento en el que empezaría a ser
realmente feliz y dejar mis dudas atrás, fue un no rotundo.
Todo cambio cuando con mis dieciocho
años me di cuenta de que en esta vida estamos por un motivo, por un porqué, y
todos los que estamos aquí debemos de agradecer a la vida por dejarnos estar
pues, vivos ya que sin ella no podría jamás haber visitado la belleza
mediterránea de Italia, las iluminadas y enormes calles de Manhattan y muchos
más viajes que sé que me quedan por vivir.
Al fin y al cabo, me di cuenta yo mismo
de que la vida no es un tono de grises o es lleno de color dependiendo de donde
nazcas, situación económica, no, en absoluto. Lo que realmente me hace ver a la
vida con otros ojos y por lo cual estoy bastante agradecido es por mí ya que
sin mí mismo no hubiera sido feliz.
Y sé que en ocasiones hay días más o
menos grises y sé que en esta vida no es felicidad y alegría, la vida no es
como los medios de comunicación te quieran trasmitir, la vida es para vivir
dentro de ella, tu solo tienes la oportunidad de ver las cosas que te regala la
vida y de disfrutarlas
“La
vida no es una escala de grises, la vida es llena de color sin importar como la
mires”
Pablo (Caste), 19 años
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