jueves, 18 de febrero de 2021

Relato 18F: El TEA y la manera de ver las cosas

 

Hola, soy María tengo 24 años. Os voy a contar sobre cómo convivo con el Asperger.

Espero que disfruten de mi historia y comprendan lo que es convivir con el Síndrome de Asperger, nosotros vemos el mundo de una manera diferente. Algunas personas no se dan cuenta que somos honestos, leales y muy buenas personas, no vemos la maldad de los demás porque no captamos las bromas, las ironías, los dobles sentidos, etc.

Todas las personas con TEA no son iguales, varias personas me preguntaban:

-         ¿Todos sois iguales?

Les decía que no, porque tanto las personas neurotípicas como las personas con TEA, tienen personalidades y gustos diferentes.

Pensaba... si todos tuviésemos Asperger, el mundo sería más humilde habiendo paz y humanidad, sin que haya guerras, etc. Un mundo en el que no estuviésemos en la miseria, pero no todo el mundo es igual.

Mi historia comenzó, yendo a la guardería, en los recreos siempre me quedaba en un rincón sola, nadie se me acercaba. Un día me dio una insolación, llamaron a mis padres, me recogieron para llevarme al hospital y me pusieron compresas frías para que me bajase la fiebre.

En infantil conocí a compañeros nuevos, pero no compartían sus juguetes ni jugaban conmigo hasta tercero de primaria, ahí es cuando empecé a sentirme sola.

En las salidas del colegio, siempre había un niño esperándome, para hacerme una  zancadilla, al caerme siempre me hacía heridas en las rodillas por culpa de ese niño. Mis padres me mandaban a hacer recados, pero me costaba entenderlos.

Me mudé a una casa nueva, conocí a vecinos nuevos, cuando éramos pequeños jugábamos todos juntos y a veces me decían bromas que yo no entendía.

Me fui a otro colegio, yo intentaba acercarme a mis nuevos compañeros/as, pero me pasaba lo mismo que en el otro cole. Tuve que repetir sexto, durante ese curso, me empezó a gustar un compañero de la clase, se enteró que me gustaba, pero no fue correspondido, así que lo usó para meterse conmigo.

Con 13 años, pasé al instituto peor aún, aquí comenzó todo mi calvario, me hacían muchas barbaridades: me encerraban en una clase y me agredían, me criticaban a la espalda, cada vez que entraba al Instituto, pasaba con inseguridad y miedo por los pasillos mirando a los lados sin saber qué es lo que me podía pasar, la gente me veía como objeto de bromas y burlas hasta terminar la ESO.

Finalmente, aprobé la ESO. Con 18 años me diagnosticaron en una Asociación de TEA en Jaén.

Tras el diagnóstico, encontré mi lugar, donde me siento integrada y querida por los demás compañeros, monitores y psicólogos, gracias a esa asociación mi vida ha cambiado completamente: he conocido gente nueva, he aprendido a desenvolverme en diferentes situaciones y he conocido a una persona que es muy especial para mí, mi novio.

Veo que el mundo no es totalmente negro ni blanco, al principio no sabemos lo que nos pasa porque hay habilidades que no se nos dan bien a la hora de relacionarnos, pero tenemos habilidades y cualidades muy buenas que las otras personas no son capaces.

El mundo lo veo gris, aunque se nos presente algún obstáculo por medio del camino, no debemos rendirnos y superarnos. El lado positivo es que hay personas como los amigos, las familias, nuestros seres queridos, etc., que valoran y aceptan nuestra forma de ser, esas son las personas que valen la pena quedarse.

Mi vida era totalmente negra, porque sufrí bullying, siempre me sentía sola, no hablaba con nadie y cada vez que me pasaba algo me expresaba dibujando, escuchaba música porque era una forma de refugiarme y sentirme a gusto conmigo misma.

Quiero agradecer a la Asociación Asperger-TEA Jaén por ayudarme en este recorrido y por convertirse en mi segunda familia.

A mi familia por estar ahí, ayudándome y apoyándome,  a lo largo del camino.

A mis compañeros y amigos de la Asociación que sin ellos no sabría lo que haría.

A mis amigos por aceptarme tal y como soy.

Al Asperger también porque sin él no sabría quién soy, gracias al Asperger he podido superarme y ser más fuerte teniendo la mente positiva.



 María, 24 años

 

3 comentarios:

  1. ¡Mil enhorabuenas, compañera, por tu relato y haberte enterado de tu condición (que no enfermedad) a edad más temprana que a la mía!

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  2. ¡Mil enhorabuenas, compañera, por tu relato y haberte enterado de tu condición (que no enfermedad) a edad más temprana que a la mía!

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